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domingo, 22 de enero de 2012

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj



 “Historia de Cronopios y Famas”, es una excelente serie de minicuentos escritos por Julio Cortázar, donde el autor constituye una observación aguda, con tintes surrealistas y sobre todo, llena de imaginación de nuestra vida. Puedo considerar surrealista a Cortázar porque él busca descubrir una verdad, como escrituras automáticas, sin correcciones. Utilizando imágenes para expresar sus emociones, pero nunca seguidas de un razonamiento lógico. Y qué más claro que está interesante obra. Pues si reflexionamos sobre ella, nos damos cuenta que el autor se concentra en las cosas que nos parecen más simples y descartables, que incluso no podemos notar.

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Y continúa con

 Instrucciones para dar cuerda a un reloj
en donde dice:
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo
herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

¿Sabés que fue lo primero que hice cuando me jubilé?
Guardar mi reloj pulsera


20 comentarios:

  1. Buenos días desde Madrid Norma, muchas gracias por tu mensaje, es el primero que recibo en un par de semanas. Por cierto un blog interesante el tuyo, creo que te visitaré.....
    He ido leyendo que blogger está haciendo paradas de actualización, no sé si tendrá algo que ver con los problemas que tenemos... pero por si acaso.
    Lo dicho miles de gracias, y un placer conocerte.

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  2. Cierto que el reloj es uno de los grandes problemas con los que se enfrenta la sociedad industrial, todo hay que hacerlo en su tiempo, hay que fichar como un reloj, y todo hacerlo conforme marca ese maldito aparato.

    Cuando yo me jubilé, no guardé el reloj, solo me dejé barba.

    Un saludo

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  3. El reloj!el que trata de dominar la libertad, un mal necesario, impuesto. Muy bueno tu post. Cuando me jubile pienso hacer lo mismo, al menos lo intentaré.
    Feliz domingo. Muy interesante y divertido tu blog.

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  4. Me ha encantado leer esto,pero mucho.
    Yo soy anti reloj.Hace años,un día de sol implacable, bajo la sombra de una sombrilla playera,lo miré detenidamente antes de quitármelo para no ser una mujer señalada y pensé en el estorbo que era.
    Desde entonces y ya hace muchos años de esto,el reloj para mí,pasó a la historia.
    Besos.

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  5. Hace años que leí el libro de Julio Cortáza y me pareció genial. Respecto al reloj, hace mucho que dejé de llevarlo en la muñeca... Un abrazo Norma

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  6. ¡Qué bien viviríamos sin reloj! Reconozco que soy esclava de él. Un besito

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  7. Hola Norma:
    Por esto madrugo tanto, para que el tiempo pase más lento y pueda hacer lo que más me gusta leer y escribir.
    Un beso grande Norma, Montserrat

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  8. con esas instrucciones Cortazar nos muestra lo absurdo de nuestra vida actual. Si. ¡Qué bonito sería salir a la ventana y mirando el sol o las estrellas saber cuánto falta para sembrar el trigo éste año! Pero ya es tarde para eso. Un beso.

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  9. Pues yo me confieso, vivo esclava de mi reloj y aún me falta mucho para jubilarme
    Besito

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  10. ¡Cuánta razón tienes y tiene Cortázar! Hasta cuando me levanto tarde los fines de semana, como hoy, pienso: "Qué horror, qué tarde es". ¿Tarde para qué? No tengo hijos a quien cuidar y hoy estoy descansando, justo lo que hacía antes de despertarme. Como dice Tere no sé si ya es tarde para cambiar. Pero me gustaría poder hacerlo.
    Un beso,
    Chari

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  11. Hola Norma! Que bueno! Yo también estuve pendiente mucho tiempo del reloj, a pesar de que nunca me interesaron....ahora por suerte disfruto mis tiempos de otra manera y en horabuena!!!!!Besos, Gloria

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  12. Desde que me he jubilado intento liberarme del uso del reloj, de hecho la mayoria de los días no me lo pongo.
    Ya conocía el relato de Cortazar pero de todas formas gracias por traerlo. Un abrazo

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  13. Hola no se estar sin reloj y a medida que van pasando los años, me faltan horas, me ha gustado lo que he leído, hasta pronto.

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  14. He perdido la costumbre del reloj, por el uso del celular. Norma, mi esposo y yo adoramos a Cortázar y hemos leído todos sus libros. Un beso,

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  15. Paso a visitar tu blog, y comentarte que lamentablemente me cerraron mi blog, SENTIMIENTOS PLATEADOS, nuevamente comienzo esta nueva andadura con la saña intención de poner una pequeña aportación literaria a la Imaginería y el sentir poético de mi tierra. Te dejo la nueva dirección y el enlace de este nuevo blog el cual titulo, ECOS DEL SANTO REINO, espero y deseo que todo salga a pedir de boca, poco a poco iré visitando a los amigos y agregados. Un abrazo y un millón de gracias anticipadas.
    http://ecosdelsantoreino.blogspot.com/

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  16. El reloj lo debíamos de tirar aunque no estemos jubilados.

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  17. Soy desde hace años la mujer sin reloj! y eso que como complemento me gustan mucho. Decidi prescindir de el cuando me di cuenta que me tenia esclavizada y lo miraba cada 5 minutos. Curiosamente nunca llego tarde a los sitios y me organizo el tiempo la mar de bien.

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  18. Bueno, el mio se carga con la luz, por lo menos me quito la esclavitud de las pilas y de darle cuerda, aunque no siento que por llevarlo sea esclava. Un objeto no te limita, nos limitamos nosotros mismos.

    Buena semana, besos!

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  19. Por culpa de mi operación del túnel carpiano llevo más de uno mes sin ponerme el reloj y ando vendido. No me acostumbro a no portarlo ni a consultar la hora en el teléfono móvil. Es que ya se trata de una prolongación de mí mismo.
    Un saludo desde mi mejana

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  20. ¡Bueno, bueno, éste Cortazar!
    La verdad es que yo uso el reloj en mi muñeca durante el día, el pobre ya tiene 17 años y se está poniendo negro...Ja...ja...ja...
    Lo que me pasa es que normalmente no lo miro y cuando quiero saber la hora pongo un canal de TV y miro... Ja...ja...ja... O hago la pregunta al aire...como si alguien me fuera a contestar... Ja...ja...ja...
    Además no puedo llegar a horario a ningún lado, siempre 5 minutos después, es genético, a varios miembros de mi familia le pasa lo mismo...Ja...ja...ja...
    Besos Norma, nos vemos...

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Gracias por pasar por mi espacio el cual está hecho pensando en vos

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