Predecir cómo nos vamos a vestir en los próximo veinte años es
difícil, aunque, "los expertos apuntan que la moda evolucionará al hilo de los
nuevos tejidos y de los caprichos de los estilistas y el marketing, será una
moda ágil y muy rápida, sin tiempo para la reflexión", dice NJ Stevenson en su
libro "Moda, historia de los diseños y estilos que han marcado época".
El futuro de la moda es una parte importante de la industria.
Empresas especializadas en previsiones, como Future Laboratory y WGSN, analizan
tendencias en función de los cambios políticos en el mudo, el interés por la
ecología o el gusto del consumidor para plasmar la nueva moda.
Bajo esta estela trabaja desde hace años la firma Alexander
McQueen. Prueba de ello, fue su colección primavera verano Plato's Atlantis de
2010, en la que reinterpretó la corsetería, las crinolinas y los cuellos los
llevó a líneas muy futuristas, así como sus zapatos, piezas repletas de
tachuelas y cristales, un canto al futuro que ha lucido en muchísimas ocasiones
Lady Gaga.
"El uso de la imagen digital como estampado superficial está en
auge y cada día será mayor y se utilizará para producir dibujos surrealistas",
cuenta en su obra NJ Stevenson.
"En un futuro inmediato, la mayor parte de la moda dejará de
ser pura estética y tenderá a ser inteligente. Hoy existe a pequeña escala, pero
se extenderá", según ha explicado a Efe la diseñadora Laura Morata.
La llegada de los tejidos inteligentes a los talleres de
confección va a plantear retos a los diseñadores que tendrán que contar con la
ayuda de ingenieros, arquitectos y biólogos para crear las nuevas
colecciones.
Zapatillas deportivas y zapatos con GPS, bolsos y maletines con tela
solar que permiten recargar el teléfono móvil o camisetas que muestra en el
tejido la hora o la previsión del tiempo son algunos apuntes de por donde se va
a dirigir la ropa del futuro.
"Los diseños levantarán el ánimo, se ocuparan de mantener la
temperatura corporal y el bienestar personal, además de combatir el estrés",
cuenta Morata, quien tras años de investigación está consiguiendo fusionar
tecnología y diseño con el fin de crear prendas que faciliten la vida de la
mujer.
La aromaterapia también tiene un hueco en la moda futura. De
tal modo que se crean prendas en las que el tejido lleve incorporadas unas
microcápsulas con esencias naturales que, cuando el hombre o la mujer las vistan
desplegarán sus bondades. La vainilla y el jazmín ya las aplica en en trajes de
novia, "con el fin de aplacar los nervios y relajar a la novia, lo que permite
disfrutar de ese día tan especial con serenidad", dice la creadora.
"El aroma de la fresa y la de manzana ácida los utilizo en
prendas de consumo diario como vestidos, pantalones o camisas para estimular los
ánimos decaídos y dibujar la sonrisa en el rostro", añade Morata, quien asegura
que, "de está manera, ninguna persona, ni tan siquiera el jefe te puede
fastidiar un día".
Con el PCM -Phase Change Material-, también microencapsulado
en abrigos y chaquetas, Morata ha conseguido coser prendas que mantienen la
temperatura corporal tanto en verano como en invierno, en las condiciones
climáticas más adversas.
Tejidos que combaten las machas, que repelen los mosquitos,
que absorben la electricidad electroestática o ignífugos serán los nuevos
básicos de nuestro guardarropa.