El codo como medida de longitud

El patrón de medida más antiguo que se conocía es el cuerpo humano. Después de todo, es el que estaba más a mano. Los egipcios, por ejemplo, medían las distancias en brazas, que es lo que separa las puntas de los dos dedos pulgares de un hombre con los brazos extendidos. 

Otras partes del cuerpo también sirvieron para medir longitudes: una pulgada, es el largo del pulgar; el pie, es la longitud del pie; el ana es la distancia entre el codo y la punta del dedo mayor extendido; la yarda es lo que recorre el paso de un hombre. Estas medidas “corporales” aún se usan en Inglaterra aunque cada vez menos.

También es cierto que dependiendo del lugar y de la situación histórica habían distintos valores, por lo que se hace difícil saber a ciencia cierta cuanto equivale un codo

¿Por qué nos da un calambre cuando nos golpeamos el codo?

 Golpearse el codo es algo muy doloroso pues provoca la ya mencionada sensación de tener una corriente eléctrica atravesando nuestro brazo. La razón para esta impresión se encuentra en el nervio ulnar (también conocido como nervio cubital) y que pasa justamente por ahí.

Este nervio parte de las cervicales en dirección al dedo meñique de la mano, recorriendo todo el brazo y es el encargado de que podamos mover la mano y abrir o cerrar el puño. Pero también posee una función sensorial, que faculta a este nervio el que nosotros podamos sentir las cosquillas en la palma de nuestra mano o el cosquilleo que se siente si te rozan la parte interior del antebrazo.

A su paso por el codo el nervio ulnar tiene una mínima protección, motivo por el cual, al darnos un golpe justamente ahí, sentimos ese doloroso latigazo.

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