Mis amigos son

miércoles, 22 de septiembre de 2021

¿Sabías que los perros también se aburren?

 

Cuando tu perro te sigue de repente a todas partes, esto puede ser un signo de aburrimiento o ansiedad. Para pensar: si lo más destacado del día de su perro es verlo caminar por la casa, es hora de estimularlo mentalmente.

“Siempre recomendamos actividades para su perro que le permitan ejercitar su mente de manera segura”, dice MacMurchy. “Por ejemplo, actividades como Kongs,  tapetes para snuffle o juguetes de rompecabezas. Las actividades estimulantes mentales como las que te muestro a continuación sirven para aliviar el aburrimiento y disminuir la ansiedad en el perro. Además, MacMurchy dice que es importante dedicar una cantidad constante de tiempo para crear vínculos con el animal.

El Kong es un juguete fabricado de goma de resina natural muy resistente, no tóxico, cuyo interior está hueco. ... Al rellenar el juguete con comida, el juego ya no es tan activo, pero implica que el perro se pase muchos ratos intentando extraer la máxima comida posible de su interior


Aquí verás una manera casera de hacer uno similar


 tapetes para snuffle

juguetes de rompecabezas

Juego de inteligencia

Las actividades estimulantes mentalmente como estas pueden aliviar el aburrimiento y disminuir la ansiedad en su perro. Además, MacMurchy dice que es importante dedicar una cantidad constante de tiempo para crear vínculos con su perro. Esto puede ser un simple masaje en los oídos, una caminata o un juego de buscar que se haga de forma esporádica durante el día en casa
El cerebro del perro registra qué decimos y cómo lo decimos y de alguna forma lo asocia. Los perros prestan atención tanto a las palabras como a la entonación.
Una cosa importante es que los perros no tienen conciencia de la culpa, ni de responsabilidad transportada en el tiempo, aunque si son capaces de asimilar reglas y entender cuando las trasgreden.

Pero...¡¿Qué hiciste?!
-Dicen que es porque estoy aburrido o extresado- 
¿ Qué dirá mi dueña? 
-Tendré que comprarle un juguete ¿Será la solución?- 


No sabía de la existencia de tantos juguetes para perros.Los míos se divertían mucho con "ir y traer objetos", botellas, palitos ...
¿...Y los tuyos?





https://www.infobae.com/america/perrosygatos/2021/09/15/por-que-los-perros-nos-siguen-a-todos-lados/

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Te dejo un ejercicio para ejercitar la atención

 Seguramente en pandemia nos dimos cuenta de muchas cosas que antes pasaban desapercibidas. Algunos afirman incluso que esta situación extraordinaria quitó el modo “piloto automático” en el que las personas vivían. De alguna u otra manera, en medio de la incertidumbre, fueron muchos los que se volvieron más conscientes del “aquí y ahora”.

Ahora bien, este despertar en medio de la crisis sanitaria, tiene que ver también con estar atento ante situaciones determinadas y puntuales, cuestiones que suceden .-muchas veces- en la rutina diaria y laboral. Somos más conscientes porque, básicamente, estamos más atentos.


Pero, ¿qué es exactamente la atención? Primero hay que decir que es una función compleja que participa en la obtención y mantenimiento de los estados de alerta, la orientación hacia estímulos, la selección de estímulos y eventos, y la regulación y dirección del pensamiento. La atención está presente en todas las actividades que realizamos durante el día, desde mirar televisión, atender a una conversación, leer el diario, encontrar las llaves en casa, leer un mail, manejar, etc. Por esta razón, es importante ejercitarla, ya que las fallas en la atención además de tener un alto impacto en el funcionamiento diario, también afectarán el adecuado funcionamiento de otros dominios cognitivos como la memoria.

Existen distintos modelos que intentan dar explicación a los sistemas que componen la atención, identificando redes neuronales específicas que se activan cuando realizamos determinadas tareas. Otros modelos, como el de Sohlberg y Mateer dividen la atención en distintos tipos: sostenida, focalizada o selectiva, dividida y alternada.

Ejercicio: El objetivo principal de la actividad será observar atentamente e indicar en cuál de los recuadros aparecen más triángulos azules en total.El ejercicio propuesto  ejercita la atención sostenida y focalizada 



La atención es un proceso cognitivo muy importante ya que gracias a él, los demás procesos cognitivos pueden funcionar con mayor normalidad. Al ser una capacidad limitada, es decir, no podemos prestar atención a una gran cantidad de cosas al mismo tiempo, es importante entrenarla para poder atender a aquellas cosas que nos importan.

Recuerda que: Saber durante cuánto tiempo puede mantenerse un niño concentrado ayudará a los padres y maestros a desarrollar expectativas adecuadas, de manera que no le exijan más de lo que pueden concentrarse.



https://www.infobae.com/tendencias/2021/08/12/triangulos-en-movimiento-un-ejercicio-para-estimular-la-direccion-de-la-atencion-y-el-pensamiento/

miércoles, 8 de septiembre de 2021

LOS CUMPLEAÑOS DE 50...60...70 ... 80.... ¡¡¡QUÉ NOCHE, AMIGO, QUÉ NOCHE!!!

Para sonreir

 Los primeros cumpleaños, allá en mi lejana infancia, eran en la casa del homenajeado. Solo se hacía chocolate con medialunas o vainillas y la torta casera era de bizcochuelo y dulce de leche.

En realidad no me acuerdo de ninguno en particular.


Por tercero o cuarto año de la secundaria te empezaban a llover invitaciones en cartulinas blancas con letras doradas: ¡Llegábamos a los cumpleaños de 15!

Ocho o diez años después, comenzaron los casamientos.

Luego llegaron los cumple de los hijos, de los amiguitos de los hijos, de los hijos de los amigos.

Esos cumpleaños ruidosos, con pibes llenando el departamento, arruinando sillones, alfombras y cortinas, ya que no se estilaba alquilar un saloncito para esos sociales.

Todo se volvió más tranquilo en materia de cumpleaños con los cumple de los nietos en saloncitos. De cinco a siete y media de la tarde y chau...

Hasta que alguien inventó el cumpleaños del número redondo, festejar 50, 60, 70.

¡Y estuvo genial!

Yo no sé quien fue, pero que alguien fue, no tengo dudas. ¡Sí, señor!!

Por suerte, está de moda encontrarte con gente vieja, gorda, pelada, hecha pelota, sorda, desdentada y canosa que alguna vez bailó, fue de levante y de joda con nosotros. Es casi, casi la Fiesta de la Nostalgia.

Y de pronto nos invitaron a una, justamente cuando hacía mucho tiempo que no teníamos una salida formal, y había que ir bien empilchados.

- No tengo idea de qué ropa ponerme - le dije a mi mujer.

- ¿Vos no tenés idea? -me contestó - ¿Y yo?, ¿que la última vez que me "sacaste" fue cuando vinieron

Los del Cuarteto Imperial al Club Comunicaciones?

Como faltaban varios días para la fiesta, nos empezamos a probar trajes, camisas, vestidos, blusas, pantalones, zapatos, cintos y corbatas. Todo nos quedaba estrecho y no permitía que se prendieran los botones. Lo que no nos ajustaba la panza, nos estrangulaba el cuello. Los zapatos nos comprimían los dedos. Los tacos altos eran un suplicio.

Nos sentíamos como matambres dentro de la ropa que nos oprimía. Conjugábamos por primera vez el verbo ‘matambrear’: casi todo nos matambreaba alguna parte del cuerpo.

Fui hasta el ropero y le dije a mi mujer:

- Vos vestite en el baño. Cuando yo esté listo te aviso y nos encontramos en el pasillo, para ver que tal quedamos.

Empecé por una camisa de seda, con un cuellito que  estuvo de moda hace algún tiempo. ¿Cuánto hacia que no la usaba? Sólo me prendió un botón. El de más abajo, el que ponen al final, justo el que queda adentro del pantalón y nadie se entera si prendió o no. Como no había forma de abotonar los del medio pensé en algo que tapara esa desprolijidad.

Para disimular me puse un pulóver de lana, de esos elastizados, que al estirarse se bancan cualquier talle.

Me quedaba tan ajustado que me marcaba el ombligo con una redondez absoluta.

La voz nerviosa de mi esposa asomó por la puerta apenas abierta del baño

- ¿Y si les decimos que se nos enfermó la nietita y los padres tenían que salir? - dijo mi mujer con un bramido, como haciendo fuerza para cerrar un cajón, un baúl... o un pantalón.

- ¡Noooo, le dijimos a José que íbamos a ir! - le dije.

Para taparme el monumento al ombligo, probé con un sacón de lana que venía con un cinturón ancho también de lana, de aquellos que se tejían a mano. No me convenció demasiado, pero no tenía por ahora una salida más decorosa.

Luego intenté con el pantalón del traje. Sabía que sería el que demandaría el esfuerzo mayor. Subir, subió. Pero los ganchitos que lo tenían que cerrar ni siquiera se conocieron. Usé el cinto. Le hice un agujero extra, bien en la puntita. Ajusté todo lo que pude, y cerró!!! Intenté respirar hondo... y no pude, solo respiraciones cortitas, como jadeos.

Luego comencé con los zapatos: agacharme para calzarlos fue titánico, no llegaba al piso ni de casualidad.

Comencé a putear bajito. Transpirando y cinchando, me calcé los zapatos de cuero acordonados que me puse por última vez cuando fuimos al estreno de El Graduado. Atar los cordones lo dejé para más adelante.

El asunto fue tomar nuevamente la vertical. Apoyé mis dos manos en la parte de atrás de la cintura y palanqueé para enderezarme. No fue fácil, pero lo logré. Solo tuve que acomodar nuevamente toda la ropa que me había puesto.

Desde el baño escuché a mi mujer que seguía haciendo fuerzas, se apoyaba en las puertas, se agarraba del bidet y se quejaba como nunca la había escuchado.

Me puse una corbata para disimular que el botón de arriba no prendía y con los zapatos sin atar salí caminando como pude. El saco del traje lo doblé prolijamente y lo llevé colgado del brazo.

Nos encontramos en la mitad del pasillo. Nos miramos. Mi mujer sollozó suavemente y solo atinó a apagar la luz del pasillo donde estábamos. No nos podíamos mover, caminar ni respirar.

Como todavía quedaban unos días la convencí para llevar a la modista la ropa que nos probamos. Habría que agregarle, cortarle, ponerle o sacarle (más ponerle que sacarle). La modista arregló vestidos y blusas, ensanchó trajes y pantalones. Fuimos al shopping a proveernos de lo faltante.

Cuando llegó el día del cumpleaños éramos otra cosa, nos movíamos con cierta gracia, incluso ensayamos a hacer como que saludábamos al llegar. Después probamos una vez (una sola vez) a agacharnos e hicimos como que bailábamos para saber de  antemano si algo de aquello se rompería, se despegaría, se desarmaría o se descosería en algún momento.

Quedamos bastante conformes, pero nuestros hijos nos cerraron con llave por fuera y nos prohibieron salir vestidos así. Nos amenazaron con no dejarnos ver nunca más a nuestras nietas.

¡Pero nuestra rebeldía efervescente y sesentona no se rinde! ¡Saltamos por la ventana y contentos y rejuvenecidos nos fuimos al encuentro de los compañeros de una generación pujante y vital!

Abrimos la puerta doble. José nos esperaba como si fuera una quinceañera. Le dimos el regalo a la vez  que en un segundo observamos a todos los invitados y pudimos ver que casi todos estaban matambreados.

El buffet froid estuvo estupendo, los mozos bandejeaban bocaditos, empanadas de copetín, brochetes de diversos gustos. Luego invitaron a los comensales para que se sirvan de unas mesas perimetrales adornadas con manteles hasta el piso.

Jamones crudos, pavita, langostinos, quesos sabrosos, salmones y arenques. Palmitos, aceitunas gigantes, mayonesas, tomatitos cherry con condimentos ...

Luego, cuando sirvieron desde unos fuentones con mechero los platos calientes que se comían de parado, comenzaron los problemas.

Raviolitos y ñoquis al verdeo.

Mollejitas fritadas con salsa cuatro quesos.

Choricitos de blanco de ave a la pomarola.

Camarones con salsa provenzal.

Todo bien servido a los 200 comensales que, apretaditos y de pie durante la recepción,sosteníamos un plato caliente con una mano, el tenedor con la otra, el vaso de whisky con otra, saludábamos a un amigo con otra y un leve pero persistente temblequeo de párkinson en todas las manos a la vez.

El desparramo de salsas fue inevitable. Al toque me mancharon el traje 3 veces, una con salsa roja, la otra  con aroma a ajillo y otra con una crema espesa.

Y por fin, pasamos al salón principal. Nos sentaron en una mesa grande con otras personas.

- ¿Quién es el señor canoso que está al lado mío? - le pregunté en voz baja a mi mujer.

- Es Carlitos, fueron compañeros de la secundaria .

- ¿Carlitos?... Hace diez minutos que estoy conversando con él y no me daba cuenta de dónde lo conocía. Está hecho pelota. No se mantiene como me mantengo yo.

Giré, le pasé el brazo por la espalda y tratando de disimular le dije:

- ¡Carlitos viejo y peludo!...¡Estás igualito Carlitos!!

- Y vos estás hecho bolsa - me dijo y empezó a toser de tal manera que la mujer se tuvo que parar  a atenderlo. (Yo aproveché para putearlo)

- Levantá los brazos, viejo. Tomate una cucharada de este jarabe por favor, tenés que cuidarte,a vos te faltan dos años para tu cumpleaños de 70 y te quiero organizar una fiesta.

Enfrente a nosotros, en la misma mesa, estaba Beto con su esposa que se había puesto toda la pintura que encontró en la casa. Beto se me acercó y en secreto me dijo:

- ¿Te acordás de Mónica? ¿Te acordás que estaba que mataba? ¿Te acordás que todos estábamos enamorados de ella en la facultad?

Algún gesto debo haber hecho porque mi mujer se avivó de que hablábamos de minas y me pisó sin querer con los tacos aguja.

- ¡¡Mirá para la pista! ¡¡Salió a bailar con el marido, mirala!!! - me dijo Beto, babeándose.

Giré la cabeza y solo conseguí ver a una señora mayor, entrada en años y mucho más en nalgas, que se movía con mucha gracia y poco esposo.

- No la veo - le dije - debe de estar bailando atrás de la vieja gorda culona...

La conversación en la mesa se fue poniendo linda… Todas las frases comenzaban con:

¿Te acordás de...?

¿Vos estabas el día que...?',

'El que no está bien es...',

'¿Sabés quien tuvo otro nieto...?',

 'Viste quién se murió…?

Cuando alguien trataba de recordar quién fue el que hizo tal o cual cosa en los años 60, aparecían los

'¿eeeehhhh?',

'¿Cómo era?...'

'El petiso...' '¿Cómo se llamaba el petiso?...

Y las conversaciones fueron más o menos así…

- ¿Y ustedes ya tienen nietos? – preguntó un invitado al que se le movía la dentadura postiza.

- Si, una - le decía la mujer.

- ¿Dos nietas ya?

- No, una sola.

- ¿Dos varones? ¡Mirá vos!

- ¡¡UNA, UNA NIETAAAA!

- ¿Neneta? Qué lindo nombre. Disculpá que no te escucho bien. Están poniendo la música muy alta.

A ese jovencito que está con el combinado deberían calmarlo un poco.

- Acá tengo una foto de mis nietitas - le dijo mi mujer a otro invitado.

- Ni te molestes - contestó - sin los lentes no veo un pomo.

La fiesta estaba bien buena, el disc jockey pasaba desde "Zapatos Rotos", "Yo en mi casa y ella en el bar", "La Lambada" hasta la "La Felicidad ". De la pista me hacía seña un pelado que oficiaba de locomotora para que saliéramos a bailar con el trencito.

- ¡¡Vamos cheeee!! ¡Manga de aburridos!! ¡Cómo en los sesenta, negro! ¡Vengan, cheee!

Dos veces me tenté y dos veces me senté. Dos veces me paré y dos veces mi mujer me pegó un pellizcón en zonas de compromiso, me aplicó el plan taco aguja y me gritó en secreto al oído:

- ¡¡Esperá a los lentos, si bailamos esto se nos descose todo!! ¿Por qué no vas a fumar un cigarro

 afuera con Carlitos y Oscar? Ahí viene el mozo ¿Te pido algo?

- Sí, pedime un trago largo con Hepatalgina, Chofitol y un toque de Sertal batido con bastante hielo. Estoy repitiendo todo lo que comí. Ya vengo.

- Mi amor - me dijo mi mujer cuando me paré- llevá el celular por las dudas y llevá también este papel con el número de mesa anotadito que después te la pasas buscando por todo el salón.

Afuera aprovechamos para recordar a todas las minas que estaban buenas y nunca nos dieron pelota, todos los nabos a quien les quedamos debiendo una trompada y todos los campeonatos que nunca ganamos.

En la vereda de enfrente alcanzamos a ver que Beto hablaba con una señora, le mostraba la cédula

y le preguntaba dónde quedaba el salón en el que estaba un rato antes festejando un cumpleaños de 70.

El baño estaba de lo más concurrido, flojos de vejiga y prostáticos agrandados nos encontrábamos a cada rato en los mingitorios. Eso sí que estaba divertido!!

Desde adentro, el tipo del parlante avisaba que había aparecido una señora llamada Raquelita y no encontraba la mesa y que estaba junto al tipo que pasaba la música. Que fueran a retirarla allí.

Fue una fiesta inolvidable, a las 11 nos tomaron la presión a todos y un enfermero atendía sin costo a los que se sofocaban bailando. El cardiólogo hacia bajar la presión de los más graves con pastillas sublinguales. Por suerte el aparato para electrocardiogramas no se uso. Para tranquilidad de todos avisaron que una ambulancia hacia guardia pasiva en la puerta del salón.

Junto con los suvenir, en un detalle realmente novedoso, (José es un detallista) a los que queríamos seguir tomando cerveza nos iba entregando pañales descartables.

¡Formidable invento esto de los cumpleaños de 70!

¡Y que se pongan de moda justo ahora, que todavía estamos hechos unos potros!

Sin entrar en detalles, vos ¿estás cerca?

En lo que a mi respecta, no quisiera pasar papelones, la familia ya está avisada.



Gracias por pasar por mi espacio el cual está hecho pensando en vos

Gracias por pasar por mi espacio el cual está hecho pensando en vos