Halloween era un festividad que celebraban los celtas, una sociedad controlada por sacerdotes druidas que vivían en regiones irlandesas, francesas e inglesas alrededor del año 300 a. de JC y que señalaba el comienzo del invierno. Estas sociedades druidas adoraban y servían al dios Samhain o dios de la muerte.
Todos los años en la fecha del 31 de octubre, los druidas celebraban la víspera del año céltico y lo hacían alabando a ese dios. Esto al principio no parece censurable, pero lo que sí lo es, era que ofrecían sacrificios humanos durante la fiesta, asesinaban incluso a bebés, para demostrar a su dios que lo adoraban más que a la vida misma.
El orígen de esta celebración bárbara estaba llena de paganismo, leyendas, supersticiones, brujerías entre otro tipo de actividades del mundo de las tinieblas.
Durante esa noche del 31 de octubre, los druidas vestían sus cuerpos con cueros y adornaban sus cabezas con la de ciertos animales, como cabras, ciervos y jabalíes. Intentaban así emular el aspecto de un fantasma o de un alma en pena. Pasaban la noche recorriendo las chozas o viviendas de la zona exigiendo ofrendas y regalos que luego pudiesen colocar en el altar del dios de la muerte, Samhain. Si los sacerdotes no quedaban conformes con los regalos recibidos, maldecían a los habitantes de la casa familiar o quemaban sus campos en un ritual compuesto de bailes extraños, cantos y gritos.
No se puede ignorar que en ocasiones podían llevarse a las vírgenes de la familia cuya ofrenda no les hubiera agradado. Entonces las violaban y sometían como esclavas del grupo sacerdotal durante el resto de sus vidas. Otras veces mataban al ganado o envenenaban a las gallinas del pueblo.
Después de haber reunido todas las ofrendas, estos druidas encendían enormes fogatas donde daban rienda suelta a la sádica afición de matar a las víctimas humanas o animales, colocándolos sobre un altar de piedra y musgo, con el ánimo de adorar a su dios.
Los druidas se iluminaban durante su paseo nocturno con un nabo al que previamente lo habían vaciado y en cuyo hueco colocaban una vela encendida. Eso les permitía ver por dónde pisaban y a qué puerta llamaban. Cuando esta práctica llegó a Estados Unidos, muchos siglos más tarde, los nabos no eran tan abundantes como en Europa los reeplazaron por la calabaza que abundaba y más fácil de vaciar.
Los druidas se iluminaban durante su paseo nocturno con un nabo al que previamente lo habían vaciado y en cuyo hueco colocaban una vela encendida. Eso les permitía ver por dónde pisaban y a qué puerta llamaban. Cuando esta práctica llegó a Estados Unidos, muchos siglos más tarde, los nabos no eran tan abundantes como en Europa los reeplazaron por la calabaza que abundaba y más fácil de vaciar.
Con el paso de los siglos esta celebración se fue incorporando a nuestras festividades y hoy en día es muy popular en Estados Unidos. En ella se introduce de una forma velada e inocente un culto extraño, morboso y satánico.
Es un hecho comprobado por el FBI norteamericano que la noche del 31 de octubre se celebran en Estados Unidos gran cantidad de misas negras de gran peligrosidad, pues en ellas no faltan ofrendas y sacrificios humanos. también se ha demostrado que es la fecha más importante para los grupos satánicos más poderosos y perseguidos por la ley estadounidense, además de ser una noche en la que se hacen barbaridades extrañas, burradas incalificables de las que prefiero no informar aquí para no fastidiarle el día"
Todo esto que te conté nos lo dice María Vallejo-Nágera en "Entre el cielo y la tierra"
María Vallejo-Nágera, (Madrid 1964), es una escritora española y tercera hija del psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera
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Al igual que muchas otras fiestas paganas, como la Navidad, cuando el cristianismo junto con el Imperio Romano llegó a las tierras celtas, observó sus costumbres y terminó apropiándose de ellas y transformándolas en su propio beneficio.
La celebración del fin del verano o "Samhain" celta fue absorbida por el cristianismo que, aprovechando ese toque de difuntos y espíritus, la convirtió en la festividad de todos los Santos. El nombre "Halloween" no es sino la derivación de la expresión inglesa: "All Hallow's Eve", es decir la víspera de todos los santos.
La celebración del fin del verano o "Samhain" celta fue absorbida por el cristianismo que, aprovechando ese toque de difuntos y espíritus, la convirtió en la festividad de todos los Santos. El nombre "Halloween" no es sino la derivación de la expresión inglesa: "All Hallow's Eve", es decir la víspera de todos los santos.