Jorge Bergoglio es hijo de un trabajador ferroviario y una ama de casa.
La humildad del nuevo Vicario de Cristo se remonta desde la educación que le dio su padre.
Antes de convertirse en cardenal, Jorge Bergoglio fue técnico químico, sacerdote, profesor de literatura, provincial, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Buenos Aires.
Vivía en un cuarto de la Curia, del que salía muy poco.
Cenaba o almorzaba en pequeños comedores populares, comía solo y jamás aceptó una invitación para ir a un restaurante.
Entre lo que ama: el club de futbol San Lorenzo de Almagro, la música clásica y literatura. Borges y Marechal, están entre sus favoritos.
El equipo de futbol felicitó al argentino por su postura como máximo jefe de la iglesia católica.
"Es un orgullo para la Institución saber que el primer Papa sudamericano es Socio de San Lorenzo" , escribió el club en su red social sobre la elección de Francisco.
Cuando era momento de viajar a Roma por cuestiones religiosas siempre lo hacía en clase turista y no han sido pocos los que lo han visto atravesar la ciudad en subterráneo o en colectivo para visitar barrios y villas alejadas.
Le gusta ir a los lugares caminando, según sus adjuntos eclesiásticos.
Guillermo Marco, su vocero durante una década y actual responsable para la Pastoral Universitaria del Arzobispado de Buenos Aires, recuerda el momento en el que llegó a la consagración de Juan Pablo II.
"Cuando llegamos, entramos por un costado y los guardias no entendían nada. La mayoría de los cardenales iban con grandes comitivas.
"El había llevado dos o tres personas de su familia y a mí".
"Quédate tranquilo que en Roma podés caminar con una banana en la cabeza y nadie te va a decir nada", soltó entre risas, comentó mientras caminaba hacia la santa sede.
El Papa Francisco lleva muy presente estas palabras: "Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando".
Como arzobispo de Buenos Aires no vivía en el palacio cardenalicio, sino en un piso normal y corriente.
Ha lavado los pies a enfermos de sida, ha comido con los pobres. Y ha hablado duramente contra el capitalismo, el consumismo y la lógica perversa de la economía de mercado, caracterizado por las malas relaciones con el presidente Néstor Kirchner y su mujer.
Así comienza la historia de Francisco, Jorge Bergoglio, el jesuita del barrio de Flores de la Cdad. de Bs. As. que se convirtió en el primer papa latinoamericano de la historia.
Es un hombre como vos y como yo, que transita las calles de la ciudad a pie o en colectivo, que quiere según sus palabras, una iglesia pobre, que desechó el anillo y el crucifijo papal de oro, que quiere reformas en una iglesia conservadora y que su intensión fundamental es ocuparse de los pobres.
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