Los perros, al igual que los seres humanos, nacen zurdos o diestros, aunque con el tiempo se adaptan a su entorno. Las personas no notamos la diferencia entre uno u otro grupo porque ninguno de estos animales hace un uso complejo de herramientas o enseres.
Saber que existen zurdos entre los perros y conocer, respetándolas, las preferencias de cada animal en el uso de un lado u otro del cuerpo, mejora su bienestar y potencia sus habilidades y destrezas. Al tener el cerebro dividido en dos hemisferios, la lateralización es una característica común en la mayoría de los vertebrados y opera como una consecuencia casi obvia de esta circunstancia.
Definimos como lateralización a la inclinación sistematizada a utilizar más uno de los dos hemisferios. Es esta una característica ancestral heredada que ha llevado a muchos animales, tanto vertebrados como invertebrados, a utilizar más el hemisferio izquierdo del cerebro o el derecho.
Desde los simios, incluyendo al ser humano, diestros en la gran mayoría de casos, hasta los perros. Así surge la preferencia en el uso de una parte del cuerpo, ya sea la pata derecha o la izquierda o bien la inclinación de la cabeza hacia un lado o el otro.
Como cada hemisferio cerebral controla la parte opuesta del cuerpo, ocurre que el hemisferio se ocupa del lado izquierdo del cuerpo, mientras que el hemisferio izquierdo del cerebro maneja el lado derecho del cuerpo. A su vez, cada hemisferio cerebral está especializado en diferentes funciones y comportamientos.
De esa forma el hemisferio derecho del cerebro está relacionado con el reconocimiento facial de otros individuos, mientras que el hemisferio izquierdo se vincula con la discriminación entre objetos conocidos. Pero en el caso de los perros, la diferencia entre animales zurdos y diestros es casi inexistente, o difícilmente detectable, aunque es mucho más probable que un perro sea zurdo a que lo sea un ser humano.
La ciencia explica que hasta un 50% de estos animales tienden a utilizar el lado izquierdo más que el derecho, siendo este un porcentaje muy elevado en comparación con el del ser humano, donde apenas el 10% de la población mundial utiliza preferencialmente la izquierda en su día a día.
La inclinación de un perro hacia un hemisferio u otro afecta a la personalidad del animal. Si un perro es diestro, será mucho más probable que sea tranquilo, confiado y seguro de sí mismo, ya que la mayoría de su entorno facilita sus acciones, lo que los hace prevalecer sobre los zurdos en las diferentes pruebas competitivas.
Los perros zurdos, tendrán que encontrar soluciones creativas hacia los distintos problemas que surjan en su camino. No obstante, siempre tendrá mucho más peso el adiestramiento o la educación recibida. Existen varias pruebas para detectar si un perro es zurdo o diestro.
Una primera prueba es pedirle “dar la pata”, donde por norma general, el perro siempre dará la pata preferente. Es recomendable repetir la acción varias veces para corroborarlo, dando por cierto al uso preferencial de una pata con el 75% de los intentos positivos.
Lo mismo ocurrirá al lanzar una pelota o cualquier otro tipo de juguete, caso en el que cuando quiera retener el objeto, utilizará la pata preferente. También nos ayudará a salir de dudas verificar qué pata usa para caminar al pasear o fijarse con cuál rasca las puertas cuando quiere entrar a un lugar. Sin embargo, puede darse el caso de que el perro sea ambidiestro y que no muestre ninguna preferencia puntual.
El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacio