La Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), en su obra conjunta Ortografía de la lengua española (2010), detallan esta peculiaridad. En expresiones como “salir [a alguien] al encuentro” o “salir [a alguien] al paso”, es posible que aparezca el imperativo “sal”, que corresponde al verbo “salir” en su forma tuteante, seguido inmediatamente por el pronombre “le”, que indica a quién va dirigida la acción. Al pronunciar la combinación de estas dos palabras, se genera la secuencia fónica “salle”, donde se articulan dos eles consecutivas.
No obstante, la ortografía española no cuenta con un recurso gráfico para representar esta secuencia de manera correcta. En el sistema gráfico del español, la presencia de dos eles consecutivas dentro de una palabra es imposible porque el dígrafo “ll” tiene un significado fonético específico: representa el sonido palatal lateral sonoro /ʎ/, o, debido al fenómeno del yeísmo que es común en muchas regiones hispanohablantes, se pronuncia como el palatal central sonoro /ʝ/. En palabras de la RAE, “la mera unión de estas dos palabras sería ‘salle’, que debería pronunciarse con yeísmo”. “Por esta razón, ha sido costumbre desde hace mucho la intercalación de un guion”, explica la Academia. Por ejemplo, “cuando se ha de usar la persona sal con el pronombre le, se escribe sal-le’”
Por aquí:
Lluvia yuvia
zapallitos sapayitos
Llora yora
Llanto yanto
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