La historia de los últimos 15 años es la historia de un fracaso en la lucha contra el hambre. Tras un descenso lento de hambrientos hasta 1995, el mundo ha ido dando pasos atrás hasta batir records durante las escaladas de precios de 2008 y 2010, cuando se alcanzó por primera vez en la historia la cifra de los 1.000 millones de personas.
Se estima que entre el 30% y el 50% de la comida que se produce se pierde como consecuencia del desperdicio de alimentos de los hogares más ricos o de la falta de infraestructura de las economías agrarias más pobres. La incertidumbre ha disparado la presión sobre unos recursos productivos cada vez más escasos.
La ONU prevé que, en 2050, la población del planeta supere los 9.000 millones de personas. Para entonces, la combinación de más habitantes y una dieta más rica en proteínas habrá incrementado la demanda de alimentos en un 70%, poniendo a prueba la sostenibilidad de unos recursos naturales que ya empiezan a mostrar signos de agotamiento. De acuerdo con los cálculos realizados, el efecto del cambio climático disparará los precios de los alimentos en los próximos veinte años, amenazando la supervivencia de millones de familias que seguirán gastando hasta un 60% de sus ingresos en la
compra de alimentos.
La receta contra esta tormenta es una combinación de equidad y ecología: producir más, reduciendo la huella ecológica de nuestra producción y nuestro consumo, y garantizando un acceso más justo tanto a los alimentos como a los factores de producción como la tierra o el agua. En su informe de campaña, Oxfam desgrana una agenda política de corto y largo plazo que permitiría abordar estos retos.
Africa, por ejemplo, se enfrenta a una revolución productiva similar a la que experimentó Asia en los años 60 y 70, multiplicando por dos el rendimiento de las tierras cultivables y asegurando su adaptación al cambio climático. Eso no sólo implica inversión pública y privada en la pequeña agricultura, sino también marcos regulatorios exigentes para las empresas extranjeras y las elites nacionales, de modo que se garantice el derecho de los campesinos a la tierra y a los recursos productivos. La experiencia de Vietnam y otros países demuestra que es posible lograrlo, incrementando la eficiencia, la equidad y la sostenibilidad de las inversiones.
Para pensar ¿No?
Fuente:Diario La Capital de Mar del Plata
Hola columnista, nunca te has planteado escribir artículos para un revista, inténtalo creo que tendrías suerte, y si es para planteárselo, un saludo y hasta pronto.
ResponderEliminarHola Norma, triste el tema del hambre... y las personas comunes solo podemos sentir impotencia, llegará un día en que los que pueden hacerlo se pongan manos a la obra, sin demagogias? muy buena entrada. Un abrazo
ResponderEliminarparece que hoy os dio a todos por este problema ,puedes pasar por el blog de nuestro amigo Emilio, el lo afronta desde otra vertiente y completa tus argumentos
ResponderEliminarPues creando "Cuernos de África" en todos los continentes.
ResponderEliminarNos debía de dar vergüenza.
Sabemos que desperdiciamos y tiramos alimentos son los que otros sobrevivirían, pero nadie dirige la solución al problema y/o cómo evitarlo...
ResponderEliminarHasta que sea demasiado tarde.
Norma, Si. es un post para pensar
ResponderEliminarFeliz viernes
Un abrazo
triste el tema del hambre
ResponderEliminarUn abrazo
y 1000 besos a mar de plata que me gusta y hasta pronto.
Norma, qué suerte que vivís a dos cuadras del Museo! Te comento que la pirámide alimenticia ya no se usa, al menos en EEUU, han cambiado de conceptos y ahora es un plato dividido en partes. Me estoy riendo con mi hija que casi se está yendo al colegio, tiene ¨food¨ como materia, y me acaba de decir que la obligan a comer lo que preparan o le bajan la nota, al menos a la fuerza aprenden el valor de los alimentos.
ResponderEliminarUn beso,
Qué triste, Norma, y pensar que aún hay personas que tiran comida a la basura.
ResponderEliminarBesitos
Hola Norma!! Es para pensarlo y buscar una solución, pero donde la buscamos? Gobierno, políticos, empresarios, gente del pueblo? Todos juntos quizás lográramos algo, pero eso sí que lo veo difícil.
ResponderEliminarBesosssss
Parece que varios blogger hemos coincidido en la temática, la alimentación y la mala distribución de esta por el mundo.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Da que pensar y mucho, se encontrará la solucion algún día. Besos
ResponderEliminarLas cifras conmueven y preocupan. Que lejos parece estar la solución!
ResponderEliminarBuen fin de semana!
No perdamos la fe, algún dia se logrará.
ResponderEliminarBuen finde, besos.
Excelente post. En casa se come todo sao, frutas y verduras, poco pollo. No se tira nada y cuando se puede se colabora con el que no tiene.
ResponderEliminarCariños.
Hola ....es para algo más que pensar ... pero si seguimos siendo tan necios .. mal nos va a lucir el pelo .... gracias por compartir y feliz fin de semana ...besotes
ResponderEliminar¡Hola Norma! lo más preocupante de todo esto es que cada vez escasean más los productos alimenticios y la producción de los mismos se basa en hacer más pero no mejor.
ResponderEliminarTodo tiene algún químico que nos introduce en una mala alimentación y los productos ya no tienen el mismo sabor, todo tiene gusto a plástico! Recuerdo la época en que las frutas y verduras tenían sabor a lo que eran y un tamaño adecuado, ahora todo es más chico y como decía mi madre: "si lo come un ciego no sabe que es durazno" (por ejemplo). ¿Y los precios? ¡Mejor no arruinemos el fin de semana!
Besitos...
Muy interesante.
ResponderEliminarEs para pensar y mucho sobre este tema que nos plantas hoy.
Pensemos en positivo no?
Saludos.